Uno de los grandes retos históricos de México ha sido el adecuado funcionamiento de los centros penitenciarios. La falta de presupuesto, la sobrepoblación carcelaria, las violaciones de derechos humanos y la tortura son algunos de los problemas más recurrentes en las cárceles.

Entre el ideal de reinserción social, planteado en el artículo 18 de la Constitución, y lo que ocurre en la realidad, existe una brecha que genera la pregunta: ¿realmente contamos con un programa de reinserción social? Lo cierto es que hace falta mucho trabajo para consolidar un sistema que funcione para lograr dos cuestiones: sancionar la comisión de actos delictivos y que el delincuente, al retomar su libertad, pueda reincorporarse, plenamente, a la sociedad. Entonces, ¿qué formas tendrían que plantearse para consolidar un sistema penitenciario nacional más justo, que atienda las necesidades actuales?

Otro de los grandes cuestionamientos que generan los centros penitenciarios es el de la utilidad de estos. Ya desde el siglo XIX muchos criminólogos han vaticinado la desaparición de la cárcel: el fenómeno es combatir el delito y generar una sociedad más juta. Encerrar a un infractor no previene, solo castiga; ¿acaso ello permitirá disminuir la incidencia? O ¿brindará justicia para la víctima?

Estas y otras preguntas se plantean los autores del número nueve de la RMCP, la cual integra un prima de estudios sobre el fenómeno carcelario en el país, incluyendo el ganador de sexo Concurso Nacional de Investigaciones Criminológicas organizado por Órgano Administrativo Desconcentrado de Prevención y Readaptación Social (OADPRS)

Así, se analizan temas que van desde la condición de indígena internado (como persona altamente vulnerable), hasta los actuales fenómenos del excesivo uso de la prisión preventiva como medida cautela que viola el principio de presunción de inocencia.

Esperamos que esta edición genere una reflexión en torno este tema.

Alejandra Silva

Publicado: 2020-06-25